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Ecosistema: ¿Trampolín o jaula de oro?

La prioridad de todo joven emprendedor debería ser graduarse lo antes posible de su condición de startup

México D.F. a 12-03-2013

El «ecosistema mexicano de startups» es una expresión acuñada a partir de la inglesa «startup ecosystem», para representar a todas las organizaciones, públicas y privadas, medios de comunicación y eventos relacionados con el desarrollo de proyectos que responden a la «definición» de startup (puedes consultarla en el diccionario en el widget de la derecha). El ecosistema permite crear un ambiente de colaboración, apoyo financiero y comunicación entre los jóvenes emprendedores, y es sin duda un fenómeno muy importante para incentivar proyectos, compartir experiencias y encontrar el clima de diversión, emoción y camaradería que necesitará todo joven emprendedor para superar las barreras, físicas y psicológicas, que encontrará a lo largo de su aventura.

Pero el objetivo de toda startup es salir viva del “Valle de la Muerte”. Entonces, ¿realmente estamos apoyando el emprendimiento con esta “bioesfera” de noches de cervezas, espacios de cotrabajo con pufs y mesas de ping pong, conferencias de lo más funky en el centro histórico, etc, etc?

En los últimos doce meses he conocido y he convivido con media docena de jóvenes emprendedores. Algunos de ellos los conocí con un proyecto fabuloso, que abandonaron tres meses después para dedicar toda su reserva de endorfinas a ideas totalmente distintas. Otros llevan diez, quince años gestando el mismo bebé. Algunos son programadores, otros son empresarios, todos son visionarios con cosas muy interesantes que decir (y alguna que otra bastante incomprensible para este humilde periodista). Son adictos al “couchsurfing” y al “carpooling”. Conocen al dedillo todas las redes wi-fi de alta velocidad gratuitas en 20 cuadras a la redonda. Craig’s List es su Biblia. Y llevan así varios años.

El objetivo de toda startup es dejar de ser startup, lo antes posible. Aunque aún hay carencias en nuestro querido País, lo cierto es que poco a poco se cierra el círculo de ayudas financieras (el fondo de coinversión de Nafin para capital semilla es un hito). Hoy hay más ayuda ahí fuera que nunca para un joven emprendedor: programas de aceleración, incubadoras, mentores, concursos, eventos, publicaciones, fondos de inversión, y hasta fiestas cerveceras los jueves por la noche.

Toda esta ayuda está muy bien, pero en su sitio y a su debido tiempo. Los programas de incubación y aceleración han dado poderosos frutos, no hay duda, pero si realmente eres serio cuando dices: “yo quiero lanzar una startup”, tu objetivo debería ser graduarte de la mesa de madera con bancas lo antes posible. No estoy diciendo que el mobiliario sea importante, por mí como si quieres sustituir el sillón hergonómico por dos cajas de Victoria. Lo que quiero decir es que hay que intentar salir lo antes posible del área de confort, y entrarle con todo a las ventas. Salir a tratar con gente que nada tiene que ver con tu sensibilidad, y que probablemente jamás entiendan tu idea. Ya elijas un mercado grande o un nicho especializado, “hit the road Jack!”.

En conclusión: a lo mejor no eres un verdadero “founder”, y sí más bien un “junkie” de las startups. (No hay nada de malo en lo segundo, solo que no te confundas).

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