Los ETFs, acrónimo en inglés de Exchange Traded Funds, podrían traducirse como “fondos cotizados en bolsa” y son fideicomisos que invierten en instrumentos de deuda, renta variable o de cobertura, con la particularidad de que cotizan en la bolsa como si fueran acciones. Es decir, se pueden vender y comprar en cualquier momento. La segunda particularidad de los ETFs es que replican (en su mayoría) el comportamiento de índices, como por ejemplo el IPC 35 de la Bolsa Mexicana de Valores. Así, si el índice IPC sube, el valor de tu ETF aumenta, y viceversa.

¿Cómo hacen para replicar el comportamiento de los índices? Pues conteniendo en su portafolio los mismos valores y en la misma proporción. Cada vez que el índice sube, el valor del ETF sube, y viceversa.

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